Sin abarcar el escándalo del sufragio en el estado de Florida en 2000, el 9/11, el manejo de la catástrofe de New Orleans, ni la crisis financiera, la película se desarrolla en dos partes con escenas intercaladas. Una de ellas centrada en la toma de decisiones previas a la guerra de Irak y la otra en su vida personal hasta llegar al poder, marcada por una relación de amor-odio muy profunda con su padre, interpretado por James Cromwell, debido a los celos incesantes hacia su hermano Jeb Bush.
Stone cuenta los fracasos laborales y los escándalos tapados: un embarazo no deseado, su detención y su frustrado paso por la Fuerza Aérea, entre otras instancias previas a la política. Deja ver a un George W. Bush consumido por el alcohol, la pereza y menospreciado por un padre poderoso hasta su “encuentro con Dios” y su renacimiento evangelista.
En su primer mandato, Stone lo deja ver como un presidente ingenuo, sin capacidades reales de decisión, sin conocimiento de la economía interna ni de las operaciones políticas y económicas llevadas a cabo por el vicepresidente Dick Cheney y su entorno.
El personaje central pregona un discurso lavado, con una creencia sobre malos versus buenos y el eje del mal en su contra, y se embarca en una guerra con la excusa (aunque sin pruebas concretas) de la existencia de armas de destrucción masiva. Decide invadir Irak en contra de las decisiones de la ONU y con la justificación personal de venganza contra Saddam Hussein por un supuesto intento de asesinato a su padre, guiado por los intereses de explotación petrolera de los grupos económicos que lo llevaron al poder
AUGUSTO FINOCCHIARO PRECI
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